En la actualidad, la gran cantidad de competencias que tiene un futbolista profesional requiere de una preparación integral que otorgue un sustento a la exigencia que demanda la práctica deportiva. Este aumento en la cantidad de competencias, un número de entrenamientos reducido y un período de descanso menor, expone a los jugadores a una mayor posibilidad de riesgo de lesión, cambiando la forma de abordar el entrenamiento de los equipos desde sus diferentes áreas y el enfoque en el tratamiento y la rehabilitación de los jugadores por parte del área médica. Por lo tanto, la intervención como readaptador físico depende de los objetivos de cada fase de la rehabilitación que se gestionen entre el médico, el fisioterapeuta, el readaptador físico y el jugador.